Yo Amo leer...

Incentiva a la lectura,
Es una sana costumbre.




goth xmas Pictures, Images and Photos

jueves, 31 de diciembre de 2009

Un Año Nuevo llegó...

Mi querido lector:
Tan sólo te deseo dos cosas "TODO Y NADA"...
Todo aquello que te haga feliz y dibuje en tu rostro una sonrisa...
Y nada que te detenga en tu camino hacia tus metas,
simplemente nada que te haga sufrir.
Feliz año nuevo 2010!!!



Silvia.

martes, 22 de diciembre de 2009

Feliz Navidad para todos...!
Les deseo lo mejor, de todo corazón!




Silvia

domingo, 20 de diciembre de 2009

memories...

Para rescatar aquellos recuerdos que nos habitan en lo profundo del alma... los que nos llenan de una dulce nostalgia, tan suaves como pétalos de rosas que aun pasado el tiempo nos siguen acariciando la piel...

Todas mis memorias te mantienen cerca...


martes, 15 de diciembre de 2009

Ahinco...

Hola amigos!!
Aquí estoy una vez más para compartir con ustedes esta pequeña joya de mi amigo Carlos Gabriel Fuentes. Les cuento que posee en su haber una gran cantidad de poemas de corte erótico y que muy pocos han salido a la luz. Hoy he elegido de entre ellos éste, que me parece simplemente hermoso.


Ahínco.



Me sabes a rosa fresca, tempranera,
A rocío de miel, a piel de perla…
A deseo velado y displicente,
A néctar y a seda…
Me sabes a gozo y quimera,
Que espera pronto y dispuesto,
Entre los rizos del vellocino,
Que anidan amor entre tus caderas,
Me sabes a calma y ahínco,
A revuelo de sábanas
Y… espera.


Carlos.

¿Qué tal? ¿Qué les pareció? Hermoso, no??




lunes, 14 de diciembre de 2009

Más allá de una letra, o un símbolo...

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domingo, 6 de diciembre de 2009

Seré para ti


Hola gente linda!!
Aquí estoy nuevamente de la mano de un amigo a quien tengo el agrado de presentarles, su nombre es Carlos Gabriel Fuentes o si prefieren Gabriel Tasha, seudónimo que utiliza para participar en distintos concursos.
Espero poder contar con su presencia seguido en mi morada, pues les aseguro que tiene muy buenos escritos.
Espero que les guste y como siempre los invito a dejarme sus comentarios.





Seré para ti…

 

Seré para ti, una hoja en blanco,

Un poema sin empezar,

La letra de una canción

Nunca antes escrita

Una lágrima que no cayo,

Una risa sin brotar

El beso que no te dieron,

Esa caricia furtiva y esquiva,

Las noches de desvelo,

Aquellas horas intactas y perennes,

Los recuerdos por formar,

Antes de mí,

Solo había vida sin vida,

Sueños huecos e inútiles,

Oscuridad opacando la luz,

Atardeceres nublados y fríos,

Horizonte lejano y vacío…

Alma en pena, desamorada,

Por todo ello, seré para ti,

Tu eco en el silencio,

La voz de tu amorío,

Tu tiempo en el tiempo,

Tus horas de ensueño,

Semilla de tus flores,

Bostezo en invierno,
Y en primavera, cerezo,
Seré para ti…
Simplemente un estreno,
Una puerta abierta,
A todos tus deseos.

 

CARLOS


jueves, 3 de diciembre de 2009

De boca del poeta...


THANATOS
En medio del camino de la Vida...
dijo Dante. Su verso se convierte:
En medio del camino de la Muerte.
Y no hay que aborrecer a la ignorada
emperatriz y reina de la Nada.
Por ella nuestra tela esta tejida,
y ella en la copa de los sueños vierte
un contrario nepente: ¡ella no olvida!

 Rubén Darío

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hablemos de amor...

¡Hola amigos!


¿Cuánto se ha hablado de amor y cuánto se hablará?
¿Recuerdan el primer amor?
Tan fresco, tan simple...
Que nos transporta a ese mundo mágico
donde soñar es el estado ideal...


Aquí les presento a mi primera invitada Yandira, una hermosa persona en todo sentido, que con sus flamantes quince años se animó a compartir con todos nosotros su poema.


Espero que les guste.



Para que me quieras…



....podría caminar en el fuego,
....podría contradecir mi voz,
....podría hacer lo que aun no puedo,
solo para que me quieras como yo a vos.



....haría que sospeches cuanto te amo,
....te daría mi stock de besos sin estrenarlos,
....te mostraría tu voz grabada en mi corazón,
solo para que me quieras como yo a vos.



....te mostraría el espacio que ocupas en mi mente,
....te daría besos de dos en dos,
....te hablaría silenciosamente,
solo para que me quieras como yo a vos.



....haría que mi sonrisa llegue a tu alma,
....inventaría la formula para entrar en tu corazón,
....en tus peores momentos te llevaría la calma,
solo para que me quieras como yo a vos.



Fin.
Yandira




domingo, 22 de noviembre de 2009

El cuervo.

Hola amigos!!
En esta mi primer entrada del blog les traje un poema clásico de Edgar Alan Poe, en alusión al título del mismo, tan sólo a modo de homenaje al Maestro. 
La idea de diseñar este espacio es poder compartir entre todos un lugar donde mostrar escritos, poesías, etc. de todo el que quiera participar aquí sin distinción de estilos ni formas. Por lo tanto todo aquel que se anime aquí lo espero con los brazos abiertos!!!!
Vamos anímense!!!


Edgar Allan Poe
(Boston, 1809 - Baltimore, 1849)

 

EL CUERVO



UNA VEZ, AL filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,

cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.

Eso es todo, y nada más.”



¡Ah! aquel lúcido recuerdo

de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas

reflejadas en el suelo;

angustia del deseo del nuevo día;

en vano encareciendo a mis libros

dieran tregua a mi dolor.

Dolor por la pérdida de Leonora, la única,

virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.

Aquí ya sin nombre, para siempre.



Y el crujir triste, vago, escalofriante

de la seda de las cortinas rojas

llenábame de fantásticos terrores

jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,

acallando el latido de mi corazón,

vuelvo a repetir:

“Es un visitante a la puerta de mi cuarto

queriendo entrar. Algún visitante

que a deshora a mi cuarto quiere entrar.

Eso es todo, y nada más.”



Ahora, mi ánimo cobraba bríos,

y ya sin titubeos:

“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón

imploro,

mas el caso es que, adormilado

cuando vinisteis a tocar quedamente,

tan quedo vinisteis a llamar,

a llamar a la puerta de mi cuarto,

que apenas pude creer que os oía.”

Y entonces abrí de par en par la puerta:

Oscuridad, y nada más.



Escrutando hondo en aquella negrura

permanecí largo rato, atónito, temeroso,

dudando, soñando sueños que ningún mortal

se haya atrevido jamás a soñar.

Mas en el silencio insondable la quietud callaba,

y la única palabra ahí proferida

era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”

Lo pronuncié en un susurro, y el eco

lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”

Apenas esto fue, y nada más.



Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,

toda mi alma abrasándose dentro de mí,

no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.

“Ciertamente —me dije—, ciertamente

algo sucede en la reja de mi ventana.

Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,

y así penetrar pueda en el misterio.

Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,

y así penetrar pueda en el misterio.”

¡Es el viento, y nada más!



De un golpe abrí la puerta,

y con suave batir de alas, entró

un majestuoso cuervo

de los santos días idos.

Sin asomos de reverencia,

ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama

fue a posarse en el busto de Palas,

sobre el dintel de mi puerta.

Posado, inmóvil, y nada más.



Entonces, este pájaro de ébano

cambió mis tristes fantasías en una sonrisa

con el grave y severo decoro

del aspecto de que se revestía.

“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,

no serás un cobarde,

hórrido cuervo vetusto y amenazador.

Evadido de la ribera nocturna.

¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”



Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado

pudiera hablar tan claramente;

aunque poco significaba su respuesta.

Poco pertinente era. Pues no podemos

sino concordar en que ningún ser humano

ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro

posado sobre el dintel de su puerta,

pájaro o bestia, posado en el busto esculpido

de Palas en el dintel de su puerta

con semejante nombre: “Nunca más.”



Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.

las palabras pronunció, como virtiendo

su alma sólo en esas palabras.

Nada más dijo entonces;

no movió ni una pluma.

Y entonces yo me dije, apenas murmurando:

“Otros amigos se han ido antes;

mañana él también me dejará,

como me abandonaron mis esperanzas.
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”



Sobrecogido al romper el silencio

tan idóneas palabras,

“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice

es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido

de un amo infortunado a quien desastre impío

persiguió, acosó sin dar tregua

hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,

hasta que las endechas de su esperanza

llevaron sólo esa carga melancólica

de ‘Nunca, nunca más’.”



Mas el Cuervo arrancó todavía

de mis tristes fantasías una sonrisa;

acerqué un mullido asiento

frente al pájaro, el busto y la puerta;

y entonces, hundiéndome en el terciopelo,

empecé a enlazar una fantasía con otra,

pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,

lo que este torvo, desgarbado, hórrido,

flaco y ominoso pájaro de antaño

quería decir granzando: “Nunca más.”



En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,

frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,

quemaban hasta el fondo de mi pecho.

Esto y más, sentado, adivinaba,

con la cabeza reclinada

en el aterciopelado forro del cojín

acariciado por la luz de la lámpara;

en el forro de terciopelo violeta

acariciado por la luz de la lámpara

¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!



Entonces me pareció que el aire

se tornaba más denso, perfumado

por invisible incensario mecido por serafines

cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.

“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,

por estos ángeles te ha otorgado una tregua,

tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!

¡Apura, oh, apura este dulce nepente

y olvida a tu ausente Leonora!”

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”



“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!

¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio

enviado por el Tentador, o arrojado

por la tempestad a este refugio desolado e impávido,

a esta desértica tierra encantada,

a este hogar hechizado por el horror!

Profeta, dime, en verdad te lo imploro,

¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?

¡Dime, dime, te imploro!
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”



“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!

¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!

¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,

ese Dios que adoramos tú y yo,

dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén

tendrá en sus brazos a una santa doncella

llamada por los ángeles Leonora,

tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen

llamada por los ángeles Leonora!”

Y el cuervo dijo: “Nunca más.”



“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida

pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.

¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.

No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira

que profirió tu espíritu!

Deja mi soledad intacta.

Abandona el busto del dintel de mi puerta.

Aparta tu pico de mi corazón

y tu figura del dintel de mi puerta.

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”



Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.

Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.

en el dintel de la puerta de mi cuarto.

Y sus ojos tienen la apariencia

de los de un demonio que está soñando.

Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama

tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,

del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,

no podrá liberarse. ¡Nunca más!

fin.