Escribiré con sangre este momento
en que nieva en los montes del ocaso,
y escarcha en las laderas del fracaso,
con blancor helador y ceniciento.
Escribiré con sangre el nacimiento
de aquella incierta flor del por si acaso,
de vivir tan efímero y escaso
que sólo dejó pena y sufrimiento.
¡Cuánta lágrima inútil y desnuda
se vierte en el papel que no está escrito!
¡Cuánto gemir que el transcurrir no muda!.
Por eso, si la sangre fuese grito,
dijera con la voz del que no duda:
¡Amar fue mi condena y mi delito!
José Antonio Silva: Poeta y novelista colombiano nacido en Bogotá en 1865.
Fue el precursor del modernismo en Colombia y está justamente considerado como el más importante poeta de Colombia y uno de los más importantes poetas de Latinoamérica.
Romántico y modernista, autor de la novela «De sobremesa», perdió parte de su obra literaria en un naufragio, un año antes de su trágica muerte.
Se quitó la vida con un tiro en el corazón el 23 de mayo de 1896 y según dicen unos días antes había visitado a su médico el doctor Juan Evangelista Manrique quien en aquella ocasión le dibuja en el pecho el sitio exacto del corazón.
Crepúsculo.
José Antonio Silva (1865-1896)
En la tarde, en las horas del divino
crepúsculo sereno,
se pueblan de tinieblas los espacios
y las almas de sueños.
Sobre un fondo de tonos nacarados
la silueta del templo
las altas tapias del jardín antiguo
y los árboles negros,
cuyas ramas semejan un encaje
movidas por el viento
se destacan oscuras, melancólicas
como un extraño espectro!
En estas horas de solemne calma
vagan los pensamientos
y buscan a la sombra de lo ignoto
la quietud y el silencio.
Se recuerdan las caras adoradas
de los queridos muertos
que duermen para siempre en el sepulcro
y hace tanto no vemos.
Bajan sobre las cosas de la vida
las sombras de lo eterno
y las almas emprenden su viaje
al país del recuerdo.
También vamos cruzando lentamente
de la vida el desierto
también en el sepulcro helada sima
más tarde dormiremos.
Que en la tarde, en las horas del divino
crepúsculo sereno
se pueblan de tinieblas los espacios
y las almas de sueños!
Diciembre 14 de 1882-José Antonio Silva (1865-1896)
Este 25 de Mayo de 2010 Argentina celebrará los 200 años de la revolución que inauguró el camino hacia la Independencia.
La llamada Revolución de Mayo fue un proceso histórico que resultó en la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810 y habilitó el camino hacia la independencia del país, el9de julio de 1816. Una gran fiesta tendrá tendrá lugar 25 de Mayo en las calles porteñas, pero los festejos se extenderan a lo largo de todo el año y por todo el territorio argentino.
Y una noche el ángel descubrió que el olvido lo cubrió con su manto invisible… desde entonces sus alas se deshacen lentamente en el éter, con el peso infame de tanta soledad...
Silvia.
Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!
Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno
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Nuestro gran tormento en la vida proviene de que estamos solos y todos nuestros actos y esfuerzos tienden a huir de esa soledad.
Guy de Maupassant (1850-1893) Escritor francés.
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Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo.
Lord Byron (1788-1824) Poeta británico.
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La soledad es el imperio de la conciencia.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta español.
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La soledad, si bien puede ser silenciosa como la luz, es, al igual que la luz, uno de los más poderosos agentes, pues la soledad es esencial al hombre. Todos los hombres vienen a este mundo solos y solos lo abandonan.
La desforestación, la caza indiscriminada de ballenas, contaminación por residuos tóxicos, desenfrenado uso de la energía nuclear, alimentos manipulados genéticamente... ponen en peligro la calidad y hasta incluso la sostenibilidad de vida en nuestro planeta. La tierra es nuestro hogar... el tuyo y el mío. Hoy amigo mio quiero pedirte un favor: cuidemoslo.
Madre Tierra
Madre Tierra
Pájaros y mariposas
Ella crea ríos y montañas
Pero usted nunca sabrá
El movimiento siguiente que ella hará
Usted puede intentar
Pero es inútil preguntar por qué
No puede controlarla
Ella va su manera
Ella gobierna hasta finales del tiempo
Ella da y ella toma
Ella gobierna hasta finales del tiempo
Ella va su propia manera
Con cada respiración
Y todas las opciones que hacemos
Estamos pasando solamente a través en su manera
Encuentro mi fuerza
Creyendo que vive su alma encendido
Hasta finales del tiempo
Lo llevaré conmígo.
Una vez que usted sepa mi querido
Usted no tiene que temer
Un nuevo principio comienza siempre en el extremo
Hasta finales del tiempo
Ella va su propia manera
Hoy desperté feliz, fue uno de esos días que nada te lo arruina, y a la tarde decidí ir de noche a la playa a pasarla bien y divertirme, pero nada fue así…..lo que iba a ser encontrarme con mi mejor amigo, y hasta talvez confesarle mis sentimientos, fue todo lo contrario, y termino siendo la peor noche.
Llegue allí a la hora acordada y ahí estaba el como siempre preparando para iluminar la playa, me acerque y le dije: -¡Hola!- Con toda mi felicidad sin recibir respuesta alguna,
Y pensé…tal ves no me escucho, entonces repetí: ¡Hola amor!(como nos tratábamos con Joaquín), pero él siguió ignorándome, lo salude una y otra vez sintiendo como la tristeza se iba apoderando de mi, ya que él era muy importante en mi vida.
En un instante mi amigo prendió las antorchas y al mirar hacia el mar sentí como una lágrima rodaba por mi mejilla, me acerque hasta el agua y me senté, tratando de entender, porque Joaquín, mi amigo, me había ignorado; en ese momento se acerca él me dio un beso y me dijo: -”Chau me voy para siempre, olvidate de mí y de lo que sentís por mí”- Yo en ese momento quede perpleja sin entender y el se marchó….
Y yo sentí que mi mundo se derrumbo y me pregunte una y mil veces ¿Por qué…? ¿Por qué si sabía lo que sentía nunca me lo dijo? ¿Y por qué justo él se fue y me dejó? Regresé a mi casa agarré la caja en la que tenía sus cartas, regalos, fotos, me acosté y leí una por una las cartas, y mirando las fotos recordé esos momentos que pasábamos juntos y me dormí….
En ese preciso momento abrí los ojos y me di cuenta que todo fue un sueño, llorando de alegría y recordando el sueño llame a Joaquín y le dije que necesitaba hablar con el, y le pedí que nunca me abandone, nos encontramos y luego de un largo abrazo me preguntó que me pasaba y le conté el sueño y le dije que gracias a éste me di cuenta que lo amaba, el me dijo que también pero como a una hermana y prometió que nunca me iba a dejar.
La Jacinta era buena muchacha. Su único pecado fue dar a luz un hijo, sin marido, en un pueblo como Villa Adelina.
La conocí cuando era adolescente. En ese entonces ella no se fijaba en mí, yo no era nadie, ni la merecía. Hoy las cosas cambiaron: soy el intendente.
Su familia era de Buenos Aires, tenían una estancia grande y mucho dinero. Hija única de madre bohemia y padre “mal entretenido”, viajaban por el mundo sin reparar en gastos. Cuando entró al secundario sus padres optaron por dejarla pupila en el colegio de monjas y mi tía Porota ofició de tutora a cambio de ocupar el viejo inmueble que tenían frente a la plaza.
Ella era muy bonita. Se distinguía por su forma de caminar, por su donaire. Los hombres se alborotaban cuando, con su andar ondulante, cruzaba la plaza. Se sabía linda y pretendida pero ninguno obtenía sus favores. No era una mujer cualquiera, menos para esos babosos que la acosaban a su paso o se escondían detrás de los postigones para observarla.
Regresó al pueblo hace unos meses. Ni sus padres ni los campos existen. No tiene nada ni a nadie, sólo un hijo y recuerdos borrosos. Actualmente ocupa un cuarto en la pensión de mi tía Porota y gracias a ella consiguió trabajo en la panadería de los Roldán.
A mi tía le tiene confianza, le cuenta cosas: el otro día le dijo que para ella había sido muy duro aceptar ese hijo, pero que en realidad siempre le habían gustado los niños; recordó que casi la echaron del convento cuando se resistió a entregarlo en adopción.
Según ella, hombre, verdaderamente hombre, tuvo sólo uno: Juan Soler.
Soler trabajaba como peón en el aserradero de las monjas, lugar donde la enviaron para ocultar su embarazo. Con él escapó a Buenos Aires llena de ilusiones y proyectos que no pudo cumplir.
La tía Porota quiere que me case con ella, cree que tengo posibilidades. Me cuenta que todas las noches la Jacinta reza frente a la imagen de la Virgen del Valle, apretando entre sus manos una medallita de bronce.
Hace unos días la vi nuevamente. La panadería de los Roldán queda cerca de la intendencia y desde el auto pude observarla: todavía es hermosa. Aún recuerdo ese día de primavera cuando junto a otras novicias se bañaba en el río y entró al monte para cambiarse. Ella no pudo vernos. Veníamos con el finado Tucho del cumpleaños del Bocha, envalentonados con tanta sangría y ginebra. Allí nos hicimos hombres, allí perdí mi medallita. Por suerte su hijo no se parece a ninguno de los dos.